El rol del tutor como puente entre la familia y la escuela.

Nicole Bouteille Jardín Infantil Olitas De Mar

27/08/2014

Les dejo un pequeño resumen de un libro que me pareció muy interesante y quiero compartir con ustedes: , El rol del tutor como puente entre la familia y la escuela ,( Hector D. Méndez, j. Rafael Tesoro, Federico G. Tiranti, magisterio del Rio de la Plata, 2006)

La familia nuclear base, está en un proceso de transformación constante, esto nos obliga a comprender las funciones de interacción con los distintos modelos de familia y contar con las estrategias para apoyar el desarrollo y crecimiento de los niños y niñas, en su formación integral, tomando en cuenta el contexto, realidad y sus experiencias previas. Es entonces indispensable trabajar con la familia en forma colaborativa y coordinada, lo que implica tener una actitud de confianza y reconocimiento de ella como el primer y principal lugar de formación de los niños y niñas. La realidad de los niños y niñas puede ser urbana, rural de altos o bajos recursos económicos, pero existen las realidades propias de cada niño, la diversidad humana, dentro de esa realidad, cada uno vive en un contexto diferente tiene valores y significaciones diferentes unos de otros, es por esto que técnicas como la entrevista, los talleres, las reuniones, nos entregan información muy valiosa, que ayuda a entregar aprendizajes más personalizados y activos. Es importante que la educadora de párvulos comprenda que la autoridad de ella proviene de la vulnerabilidad del niño, por tanto la autoridad debe ser bien usada, ponerse en el lugar de los niños/as, ser un orientador-guía en su proceso de aprendizaje, pero dejar que experimenten las cosas por si solos, no hay nada más reconfortable que descubrir algo nuevo para uno, independiente que no lo sea para el resto, respetando sus tiempos de aprendizajes sus necesidades y potencialidades.

El real interés que sienta la familia por involucrarse con el jardín infantil o escuela, tienen que ver con el conocimiento de su rol como padres en la institución, que esperan ellos del espacio educativo y viceversa, para que exista articulación y participación entre ambas partes.

De esta forma la participación de la familia en la educación como un deber, y la entrega de aprendizajes significativos, de cooperación, de trabajo con la familia desde su realidad y contexto harán que el niño o niña sea concebido desde el principio de singularidad y de bienestar, como un ser único con características y necesidades que debe conocer la educadora y considerarlas en cada situación de aprendizaje, que el niño/a se sienta plenamente considerado por su familia y por

La institución educativa para que todo tenga significado y pertenencia. Es importante que sean felices, que sepan construir comunidad y que se interesen por el otro. Ante esto creo oportuno destacar que la tarea de la educadora es un medio adecuado para reconocer que, de las dificultades y problemas, es posible rescatar elementos valiosos para el crecimiento y la educación en valores.