La importancia del sueño y el descanso en niños/as

Yordana Araya Lambuccini Jardín Infantil y Sala Cuna Caracolito de Mar

Dada la influencia que tiene el sueño sobre el desarrollo y la conducta infantil es que al verse alterado puede desencadenar muchos problemas que en ocasiones trascienden, incluso, a etapas posteriores de la vida.

El sueño es un proceso fisiológico, considerado como período de descanso de los grandes hemisferios del cerebro. Entre las características principales se reconoce la profundidad y la duración.

El sueño tiene un rol determinante en el crecimiento y desarrollo de los niños/as, y en el propio desarrollo del cerebro. Está asociado con el desarrollo psicomotor, así como con otros procesos tales como el aprendizaje y la regulación de la conducta.

En la infancia, la duración y el ciclo de las diferentes fases del sueño difieren de las del adulto; de ahí la importancia de organizar las diferentes actividades diarias que contemplen las horas de sueño según la edad, el estado de salud y las particularidades individuales de los niños/as. Entre el mes y los tres meses de vida, los niños duermen alrededor de 15 horas diarias como promedio; después va descendiendo hasta 12 horas a los 3 años. Por lo regular, duermen una siesta en el día. Entre los 5 y 6 años de edad, el sueño debe ser de 10 horas en la noche y no deben hacer siestas. Durante el día, es mucho más necesario organizar sus actividades, de manera que sea una vigila activa, donde predomine el juego y el intercambio con otros niños.

En la actualidad los problemas asociados con el sueño en la infancia, están relacionados con el tiempo excesivo dedicado a la televisión y los videojuegos. Con frecuencia, niños/as sobrepasan las dos horas recomendadas como límite frente al televisor, Tablet o videojuegos, además de ver contenidos que no son apropiados para su edad.

Uno de los problemas relacionados con el sueño en la infancia temprana es el insomnio, el cual es definido como la incapacidad para iniciar o mantener el sueño y la causa más frecuente del insomnio es que los niños/as mantienen hábitos inadecuados o rutinas de sueño mal establecidas por sus padres o cuidadores.

Por lo expuesto anteriormente es importante que como Educadoras de Párvulos  guiemos a padres y apoderados en la adquisición de rutinas de sueño de sus hijos/as, se debe fomentar horas adecuadas de descanso y de vigilia  para así  favorecer el desarrollo integral de niños/as.